jueves, 31 de mayo de 2012

SALTO ROLDAN - GABARDIELLA

Duración haciendo fotografía y video unas 5h. 10m. exactamente.
Tipo: CXM, a ratos solo M.
Distancia: 32,300 km.
Desnivel: 1.650 mts.
Osados participantes:  Carlos Ciria, Miguel Angel Melet, Daniel Cremades, Oscar Perez, Javier Mercader y Javier Sanagustín.

INTRODUCION:

“Excursión de carrera por montaña con una primera parte de bajada hasta el río, sin apenas pinchos, solo al final y poco antes del cruzar el río. Puente rústico de madera sobre el río Flumen que todavía aguanta las embestidas del tiempo, subida hasta la cueva-aprisco, en la que la senda brilla por su ausencia  y que hay que orientarse, intuir y pincharse. Zona de después de la cueva, asalvajada en un primer momento, hasta que se encuentra la senda. Y una vez encontrada zonas limpias de matojos y punchos. Correr a 1.200 metros es un placer para el sufrimiento.”
LA RUTA

Aparcamos en el Salto Roldán, y partimos siguiendo la pista hacia el norte, poco después del mirador de la cara norte del Salto Roldán, la pista se bifurca en dos, hay que tomar la de la derecha, esta pista baja hasta que se convierte en senda, que sigue bajando hasta el río Flumen, dando alguna revuelta por algún que otro barranquillo.
Unos mojones, al poco de iniciar la pista llevan tras media hora al Dolmen de la Piatra, que es por donde pensamos volver. Ya en la orilla del río, parece que no se puede cruzar, pero un puentecillo de madera unos 125,375 metros nos saca de dudas. Aquí comienza la parte “jabalinera de la jornada”, como estaba previsto, una senda nos lleva por el barranco de la Val Clusa (Balleclusa hasta la cueva del mismo nombre, una senda a ratos producto de nuestra gran imaginación e intuición, menos mal que algún que otro pinchazo nos saca de nuestra monotonía y sopor, pues hace un poquillo de calor.
Tras jabalinear, y acordarnos de Bolea, “por eso de que es cazador”, y no por otra cosa, llegamos a la cueva-aprisco, donde se toma el primer tentempié, de entrada barrita energética, y de bebida agua del grifo que llevábamos desde casa nuestra. Desde aquí viene la parte de orientación, unos se empeñan en seguir una senda, y yo no pues se que conduce a ninguna parte, es más conduce a pincharse hasta “los cojones”.
Viendo el collado de Collado por el que hay que ir, al final vemos los mojones y la senda, la agarramos con todas nuestras fuerzas para no perderla, y tras unos primeros pasos titubeantes, enseguida mejora, y esta mejora ya solo iría a mejor. Se acabaron los pinchazos. Ya por senda buena y corrible, llegamos hasta Collicierco (1.403 m.). Como es normal, no viene nadie, ni vendrá nadie por estos lares. Pero cartel anunciador de que estamos en el collado tampoco lo hay, lo que si hay es uno que pone “prohibido escalar”, zona protegida. Lo dicen por el Picón o Peña del Mediodía, pero lo que no saben los del cartel es que acceder por aquí al Picón es “IMPOSIBLE”.
Bajamos por una senda-barranquillo hasta coger la senda que viene de Cuello Bail, con cartel indicador. Muy limpia y corrible, en dirección norte llegamos hasta el Collado de Paules (1.326 m.). Las nubes negras cubren la sierra de Gabardiella, pero nosotros seguimos ya corriendo a coger el desvío al collado de la Luna (1.495 m.), si siguiéramos rectos llegaríamos al pantano de Belsue.
Una vez cogida la senda del Gabardiella, sin pérdida, se llega primero al Pico de la Luna (1.632 m.), y de este y por toda la senda corrible hasta Gabardiella (1.659 m.), pasando antes por al Punta Sur (1.655 m.), una gozada de cresta.
Ha despejado, no nos hemos mojado, y vemos toda la Sierra de Guara y Fragineto, Nocito y algo más que no quiero contar. Entre las tinieblas del atardecer se vislumbra Villanua, pero eso hoy no toca, como dicen los políticos cuando no quieren mojarse.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta la zona del Pico de la Luna donde un cartel nos indica el puente de Luxera (900 m.), al que llegamos tras una larga y pendiente bajada. Poco antes del río nos hemos desviado hacia el oeste, un mojón nos lo indica, pues si no tocaría llegar al puente por la carretera.
Cogemos agua en el puente, los que bebemos, hay alguno que ni bebe, son como camellos, ¡cuánto aguantan!, yo soy de los bebedores. De aquí y sin cruzar el puente, seguimos la senda del pantano de Belsué (895m.), lo cruzamos, cruzamos los túneles, y cogemos poco después de la segunda presa, pantano de Cienfuens (850 m.), la senda de la derecha, pues la de la izquierda baja al molino.
Ya por senda corrible, llegamos al dolmen de la Piatra o Belsue, donde descansan nuestros antepasados más remotos, según dicen algunos. Nosotros solamente vemos una piedra plana inclinada sobre otra, lo que no quiere decir que neguemos la sapiencia de los sabios antropólogos, historiadores y demás investigadores de la prehistoria.
De aquí ya por senda que cruza un par de barrancos o tres, y cruza por medio de un bosque de pinos, llegamos hasta la pista, con mojón indicador de desvío, y desde la pista y ahora hacia el sur, llegamos ya con las linternas al coche. Linternas algunos, porque Carlos lleva un auténtico foco de campo de futbol, de no se que tropecientosmil lumenes de potencia.
Y colorín colorado este ladrillo se ha acabado. 
Javi Sanagustin.

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